El esmalte normal, el de toda vida, es el que podemos retirar fácilmente en casa con cualquier quitaesmalte convencional. Es el tipo de esmaltado más básico. Dentro de la gama de esmaltados que se ofrecen de forma profesional es el más accesible, el más rápido de aplicar y el que, con diferencia, tiene menor durabilidad.
Su acabado es menos brillante que el de otros tipos de esmaltados más duraderos y se descascarilla y se desprende con muchas más facilidad. Su duración media es de tres a cuatro días. Un buen ejemplo de esmalte normal.